La realidad aumentada y el arte
Realidad aumentada
Hablando de esta tecnología, hay varios ejemplos pero quizá el más significativo es la exhibición del museo Allard Pierson en Amsterdam, donde a través de una cámara y un iMac podíamos recrear en 3D unas ruinas históricas.
Como este, tenemos otros muchos casos. No sólo para interactuar con la obra sino para hacer de guía escaneando los objetos y dando más información. De momento, debido a lo complicado que es realizar la calibración nada ha dado frutos.
Eso sí, intentos hemos tenido de todo tipo. El Smithsonian, a mi juicio uno de los museos que más apuesta por la utilización de tecnología en las salas, realizó algunos experimentos con exhibiciones de dinosaurios en salas donde se podía ver cómo eran.
El museo de Asia de San Francisco preparó también una aplicación para dar vida a los míticos soldados de terracota. Sus fallos tenía, y quizá no terminaba de ser todo lo inmersivo que se esperaba pero era un intento bastante valiente.
Otros ejemplos que demuestran que esta unión funciona
De forma más sencilla, y también más antiguo, tenemos Videoplace de Myron Krueger. Una forma más de realidad aumentada pero más orientada al mundo virtual que al real.
Delante del que podríamos llamar abuelo de Kinect, podíamos dibujar formas en un lienzo virtual con sólo mover nuestros brazos. Simple y rudimentario pero en las exhibiciones donde se mostró fue todo un éxito.
La tecnología en los museos no siempre son pantallas, a veces los lienzos también pueden ser el medio de expresión para los videojuegos. Un ejemplo muy bueno lo tenemos en for(){} donde a través de un proyector podíamos jugar en un cuadro pintado.
Reactable también es un caso interesante de arte y tecnología, aunque se aleja un poco más de los museos tradicionales. Además, su comercialización y sus versiones para tablets lo alejan un poco de este mundo.
Retomando las palabras de David Franklyn del museo de arte en Cleveland. Es importante que los museos sigan trabajan en introducir la tecnología en las salas, no como una obligación para "adaptarse a los tiempos modernos" sino como una forma de ofrecer algo diferente.
Seguiremos viendo obras clásicas, y asistiendo a todo tipo de exhibiciones modernas con corrientes estéticas varias. Sin embargo, la tecnología no sólo está al orden de nuestra productividad, el trabajo o la comunicación personal. La tecnología también puede ser arte y su sitio, son los museos.

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